Descripción
Los árboles del plof
La bruja Pamplinas quiere recoger los frutos hincha-hincha-hincha-plof, necesarios para preparar algunas pociones. Sabe que los árboles del plof dan sus frutos solo una vez al año, que se conservan en sus ramas solo durante un día, y luego se hinchan, se hinchan, se hinchan y explotan con su característico «plof».
¿Qué peripecias le ocurrirán a nuestra despistada bruja? ¿Se perderá por el camino y no llegará a tiempo de recoger los frutos hincha-hincha-hincha-plof?
Pócima desastrosa
Cuando la bruja Pamplinas prepara sus pociones mágicas suelen ocurrir cosas extraordinarias y algunas muy divertidas. Al principio todo va bien. La bruja prepara una poción tras otra, y emplea un buen rato para limpiar bien el caldero. Las pompas de jabón flotan por toda la casa. Luf juega con ellas en el aire, y hasta Milkifú salta y las explota. ¡Se lo están pasando en grande!
Pero para la poción de levitación le falta un rabo de ratón. Sin duda el gato Milkifú se lo podría traer sin problemas. El perezoso Milkifú busca un apaño que no le suponga mucho esfuerzo y le trae un rabo de lagartija. «¿Qué importancia puede tener?». ¡Menudo caos!
Reunión de seres mágicos
En un agradable paseo por su querido bosque en compañía de Luf y del gnomo Prynk, la bruja Pamplinas se encuentra con unas preciosas hadas. Las hadas les invitan a la reunión de los seres mágicos del bosque, que se va a celebrar esa misma noche.
Pero antes tienen que demostrar que son seres mágicos. ¿Cómo lo harán? ¿Qué ocurrirá en la reunión? ¿Qué magia mostrarán esos personajes tan peculiares?
Visita a Malignia
Un día la bruja Malignia envía a Pamplinas al búho Gruñón con un mensaje, que dice:
«Ven a verme pronto, prima. Necesito que me ayudes en algunos asuntos. Te espero».
¿Qué querrá Malignia? ¿Para qué necesita la ayuda de Pamplinas? ¿Qué harán las dos brujas?
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